LA RISA
La risa es el camino más corto entre dos personas.
Esta es la definición que más me ha gustado de todas. Si te has reído con alguien queda sensación de "complicidad" para siempre.
La risa no se puede medir, ni pensar, ni controlar. Cuanto menos apropiada sea la carcajada, más difícil será controlarla.
La risa es contagiosa. Cuando alguien empieza a reírse los que están cerca comienzan a relajar los músculos de la cara y es casi seguro que acaban riendo todos.
En un Taller de Risa lo que hacemos es aprender a reírnos con el cuerpo entero y utilizar los efectos terapéuticos de la risa. Pasaremos un rato divertido. Habremos estimulado nuestras endorfinas u hormonas asociadas con el bienestar, que además ayudan a potenciar el sistema inmunológico; daremos un buen masaje al hígado (imposible de otra forma) y a otros órganos internos. El sistema digestivo también se verá favorecido por este ejercicio, así como el sistema circulatorio.
No soy muy partidario de la palabra risoterapia porque implica un mal previo y, sin estar enfermos, incluso estando sanísimos, nos tenemos que reír más. Cuando nos reímos, no sólo desconectamos de todo: nos desinhibimos y nos reímos de nosotros mismos. En ese momento empieza el proceso más importante: enfrentarnos al sentido del ridículo, en qué nos ha limitado y se abre un gran campo en lo personal (autoestima) y lo social: el sentido del humor. ¿Por qué no nos reímos más? He ahí la cuestión.
Muy unidos a la risa está el ser alegre y el estar de buen humor. Dicen algunos expertos, gracias al buen humor las personas nos hacemos más tolerantes, somos capaces de enfrentarnos mejor con las dificultades, logramos mantenernos más saludables tanto física como mentalmente, lo cual es tan fácil de cumplir, especialmente para aquellas personas que se sienten cada día malhumoradas, sin embargo, algunos estudiosos afirman que el humor se puede aprender al igual que la lectura o la escritura.
Si logramos cambiar nuestra actitud y mentalidad podemos lograr tener un buen humor, aunque estemos muy angustiados y ajetreados por nuestro nivel e vida, podemos ser capaces de disfrutar y valorar las pequeñas cosas, disfrutar una buena charla, un simple dulce o quizás algo de buena música de nuestra preferencia.
Foto de taller de risa en boliva ( noviembre 2007)